En una entrevista a Oscar D’León, conocido por ser un cantante honesto y siempre humilde, reveló una parte de su vida antes de ser cantante.
El Faraón de la Salsa, cuenta que antes de entrar al mundo de la música profesional, cantaba por gusto propio mientras realizaba diferentes oficios como mecánico por un tiempo, especializado en la electricidad, también fue taxista y es ahí que se explaya más en el tema.
El maestro Oscar, cuenta que en su casa eran muy pobres, pero vivían tranquilos y felices sin muchos aspavientos. No como actualmente la gente pobre trabaja demasiado y le cuesta salir adelante. En aquella época, relata, se vivía con poco, pero con dignidad y alegría. En el tiempo que fue taxista, lo disfrutó mucho porque conducía escuchando música en su taxi, le había puesto sonido de alta fidelidad, un equipo que invirtió mucho.
“Entonces algunos sabiendo lo que yo hacía en mi andar de ir y venir, esperaban a ver si tenían suerte de montarse conmigo porque el trayecto era bien divertido, les cantaba y hacía las veces de campana con el sonido estridente que tenía el volante, porque antes se usaba hierro en el aro de la bocina. Yo escuchaba a Tito Rodríguez, a todos los de la época, a Daniel Santos con La Sonora Mexicana y El Gran Combo”, comentó.
El Sonero del Mundo realizaba con tanto cariño y amor que a veces no le importaba si le pagaban; “El dinero no es todo en la vida”, comenta.
Cuando se dió cuenta que tenía mucha gente queriendo subir su taxi por su música, entendió que debía enriquecer su arte. Un día chocaron su taxi y hasta ahí llegó su trabajo con taxista.
“Ese fue el pago de lo que iba a venir posteriormente, que sería fundar mi agrupación llamada Dimensión Latina y desde entonces no ha parado el éxito. Siempre tuve eso en mente. No hay mal que por bien no venga” cuenta León, quién como se recuerda inicia su carrera musical a sus 28 años.
Oscar D’León siempre estuve influenciado por la música cubana y puertorriqueña, escuchaba a Tria Matamoros, Beni Moré, Sonora Matancera, Celia Cruz y El Gran Combo.
En la actualidad, el puertorriqueño es considerado como uno de los máximos exponentes de la salsa de toda la historia, siendo honrado con muchos premios y reconocimientos.